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    Naddia Palacios en su oficina en UCR, la cual está estratégicamente ubicada cerca de una salida.

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    Naddia Palacios trabajó en el proyecto ‘Ambiente Libre de Asalto Sexual’ SAFE por su sigla en inglés, en Occidental College de Los Angeles. También en la Universidad del Sur de California (USC) y Claremont College.

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Naddia Palacios, de 32 años, empezó el primero de julio a trabajar en la Universidad de California, Riverside (UCR) para manejar el tema de violencia sexual en esta institución: Campus Advocacy, Resources and Educaction (CARE, por sus siglas en inglés) es su cargo.

Palacios nació en Lima, Perú y se vino a los Estados Unidos en 1991, cuando tenía 8 años.

Ante la interrogante de cómo prevenir la violencia sexual en instituciones de educación superior, respondió que esa es la pregunta del millón de dólares.

“Mi trabajo es la intervención, voy a trabajar aquí a tiempo completo para abogar por los estudiantes que ya han sido victimas. En términos de prevención, el gobierno federal todavía está tratando de descifrar este asunto. Al final, se convierte en un tema de cómo hacer que los campos universitarios sean más seguros interactuando unos con otros”, dijo.

Señaló que la mayoría de las universidades del sistema de California, ya tienen programas de prevención.

En el 2014 y siguiendo mandatos federales, la presidenta del sistema de universidades de California, Janet Napolitano, implementó que existiera este tipo de asistencia en todos los 10 campos universitarios.

El proceso

Al preguntarle a Palacios cómo se produce ese contacto con los estudiantes víctimas de violencia sexual, ella explicó que prefiere llamarlo: proceso.

“Cuando los estudiantes se acercan a esta oficina nos permiten informarles de pasos específicos que se pueden tomar y les decimos sobre las herramientas disponibles. Pueden llegar aquí sin necesidad de realizar una cita y con la seguridad que no van a ser cuestionados”, expresó.

Palacios señaló que sus funciones van a depender del trabajo de alcance comunitario que ella realice, y de cómo se va a reportar el caso a las agencias oficiales.

Mencionó que ya ha platicado con varias agencias, entre ellas, la Oficina de Servicio de Víctimas del Fiscal de Distrito del Condado de Riverside y el Centro de Crisis de Violaciones Sexuales en el área de Riverside.

Explicó que usualmente las autoridades establecen un margen de 120 horas para recolectar las evidencias de ADN.

“Aquí les explicaremos sobre las direcciones a tomar para que obtengan la ayuda médica, y si van a reportar o no el asalto”, dijo.

Al preguntarle por la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgénero), informó que la violencia sexual no tiene género, ni color y que afecta a todos.

“Existen evidencias que los asaltos sexuales son más elevados entre miembros de la comunidad LGBT, especialmente entre aquellos estudiantes que no se identifican ni como masculinos ni femeninos. Usualmente esta comunidad cree que no va a tener acceso a servicios”.

Al consultarle sobre aquellos que podrían falsear un asalto sexual, Palacios indicó que las evidencias tienen que ser sólidas y que el porcentaje de personas que finge este crimen, es similar a aquellos que falsifican cualquier otro tipo de crimen.

“Yo no me puedo imaginar a una persona pasando por todo el proceso de recolección de evidencias en este tipo de crimen siendo falso”.

En casa

Naddia Palacios indicó que antes de iniciar su educacion universitaria, algunos estudiantes ya han sido impactados con violencia doméstica o han sido víctimas de asaltos sexuales en sus casas, usualmente cuando están en las escuelas o preparatorias.

“Algunos ya han estado en el ciclo de la violencia doméstica en sus hogares. Si se observan las estadísticas nacionales 1 de cada 4 niñas y 1 de cada 6 niños han sido víctimas de violencia sexual. Es seguro asumir que estudiantes universitarios ya han sido impactados antes de asistir a la universidad”, dijo.

Por ello, considera que para reducir este tipo de crimen se debe empezar por prevenir la violencia en los hogares.

De acuerdo a informaciones suministradas por el Departamento de Policía de UCR, en esta universidad se reportaron en el 2014 dos violaciones y hubo seis delitos sexuales, que no terminaron en violaciones.

Palacios informó que en la primavera del 2015 se lanzó un sitio de Internet para las víctimas de asalto sexual en UCR www.sexualviolence.ucr.edu

En un comunicado de prensa, mencionó que “espera utilizar todas sus habilidades para establecer protocolos y sistemas para continuar asegurando que los sobrevivientes de violencia sexual sean tratados con dignidad y respeto”.

Palacios trabajó en el proyecto ‘Ambiente Libre de Asalto Sexual’, SAFE por sus siglas en inglés, en Occidental College de Los Angeles. También laboró en la Universidad del Sur de California (USC) y en Claremont College.